Caracas.- El pasado jueves la Asamblea Nacional aprobó, por mayoría calificada, un nuevo el Decreto de Estado de Emergencia Económica con el propósito de proteger de manera integral todos los sectores productivos y garantizar el equilibrio, armonía, capacidad, resistencia y recuperación, frente a las circunstancias que se presentan en el mundo.
Dada la importancia que reviste esta medida para el paìs, Vanguardia Venezuela consultó la opinión del economista y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de La Universidad del Zulia (LUZ), Rodrigo Cabezas, con quien tambièn conversamos sobre los alcances de este Decreto de Emergencia Económica.
En su condición de economista, profesor e investigador universitario ¿Cuál es su opinión general sobre el contenido del Decreto de Emergencia Económica dictado por el presidente Nicolás Maduro?
-Permítame hacer dos observaciones preliminares que creo pertinentes. La primera, se refiere a que la política económica en su esfera fiscal, monetaria, cambiaria, comercial y productiva, tiene el instrumental para enfrentar procesos de crisis económica o bien atenuarlas, si los indicadores de medición macroeconómica la diagnostican para el corto o mediano plazo.
Además, el gobierno nacional cuenta con instrumentos legales tales como la Ley Antibloqueo, que sumado a las competencias previstas en la Constitución Nacional, para el presidente como conductor de la hacienda pública, hacen totalmente innecesario el procedimiento de decretos de emergencia en esta circunstancia de la economía venezolana.
En segundo lugar, al leer el decreto, observo que se concentra en una retórica sobre la crisis mundial de aranceles originada por la administración de Donald Trump. Quien conoce la economía venezolana sabe que, dado el nivel insignificante de las exportaciones distintas al petróleo, este no es el principal problema de nuestra coyuntura económica del 2025.
Entonces, ¿son adecuadas estas medidas para enfrentar una situación económica tan difícil para los venezolanos?.
-Le reitero, nuestro problema económico no es la guerra comercial entre EEUU y China, como si lo es la desatada inflación originada o explicada en la devaluación del tipo de cambio oficial que, al abrirse la brecha con el paralelo, tal y como ha ocurrido este año 2025, nos lleva a crecimiento de precios que se proyectan generosamente en 180%.
Una inflación de esta magnitud significa una mayor caída del salario real y del consumo de los trabajadores y de la población en general.
¿La raíz entonces estaría en el levantamiento de las licencias norteamericanas a las empresas extranjeras que trabajan en la industria petrolera venezolana?.
-Como ocurre desde hace más de 120 años, Venezuela tiene atado su destino a la extrema dependencia del ingreso petrolero, tal dato estructural no lo modificó la IV ni la V república. Hoy es más grave que a principios de siglo XXI.
Por tanto, la salida de Venezuela de la empresa Chevron y las otras petroleras extranjeras, va a implicar una reducción del ingreso de dólares en 2025, que estimo en algo más del 45 %.
El tipo de cambio no tiene, en el mercado de divisas, suficientes flujos para evitar su devaluación. A esto se le debe sumar que, las reservas internacionales del BCV tienen un nivel históricamente tan bajo que no permite atender la demanda de dólares del mercado interno.
¿El gobierno nacional presentó el Decreto de Emergencia como necesario para proteger a los venezolanos?.
Así es, pero me pregunto, ¿se necesita un decreto para combatir la evasión y elusion fiscal?, o para concentrar en el Tesoro la recaudación de tasas?, o para establecer porcentajes de compras nacionales para sustituir las importaciones?, o para autorizar contrataciones necesarias?.
Mi repuesta como economista es; Claro que No.
Lo central en mi reflexión es que ese decreto no aborda medidas que pudieran atenuar o aliviar la inflación y la caída del producto interno este año.
¿ Que sugiere para, como usted dice, «atenuar», la inflación y la recesión?
-Para mi la solución de la crisis venezolana está en el terreno del cambio político. Sin embargo, pensando desde los instrumentos de la política económica, diría que en el campo cambiario debería cerrarse la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, se evitaría así la grave distorsión en la formación de costos, sobre todo en los sectores económicos que dependen de importaciones.
Cualquier buen economista admite que, el actual modelo cambiario, ya no responde a las necesidades de financiamiento de la actividad económica. El aislamiento de la economía venezolana de la globalización, su endeudamiento externo; el impago de deuda externa; la falta de legitimidad democrática y el conflicto con EEUU es el marcador que limita cualquier posibilidad de crecimiento sostenible.
Igualmente, pienso que una manera de aliviar en algo la caída del consumo de la población y la carga fiscal empresarial, seria reduciendo el IVA, ajustando el salario mínimo y eliminando el impuesto a las grandes transacciones financieras.
Me temo que el gobierno posiblemente se vaya por el esquema autoritario de suspenderle los tributos a las alcaldías y gobernaciones, así como endeudarse sin la autorización de la Asamblea Nacional.
Ambas medidas son abiertamente inconstitucionales, y están establecidas en el decreto de emergencia, esto no haría sino profundizar la falta de confianza en los procesos económicos que ya padecemos. Muy mal asesor quien lo escribió en ese decreto.
Vanguardia Venezuela
,