El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, acusado por golpismo y en prisión domiciliaria, decidió que no asistirá a la primera de las sesiones de la fase final del juicio, que comienza este mismo martes en el Tribunal Supremo.
Según confirmó su familia, el líder de la ultraderecha, de 70 años, tiene problemas de salud y por eso no ha solicitado la autorización que requeriría para abandonar su domicilio y estar presente en las sesiones, que se prolongarán hasta la semana próxima, cuando deberá ser dictada sentencia.
Bolsonaro y otros siete reos, entre los que figuran exministros y antiguos jefes militares, responden por cinco delitos contra el régimen democrático, todos originados durante la convulsionada fase política en la que se sumergió Brasil tras las elecciones de octubre de 2022.
En esos comicios, Bolsonaro aspiraba a la reelección, pero fue derrotado por el actual mandatario, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, aunque nunca reconoció el resultado de las urnas.
De acuerdo a la Fiscalía, el corolario de esas acciones fue el violento asalto a Brasilia del 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, cuando miles de bolsonaristas ocuparon y depredaron las sedes de la Presidencia, el Parlamento y el propio Tribunal Supremo, en el que será celebrado el juicio.