En abril de 2025, OpenAI lanzó una esperada actualización de ChatGPT que permitió a los usuarios generar imágenes de alta calidad, incluyendo ilustraciones con un estilo inspirado en el legendario Studio Ghibli. Esta capacidad ha causado furor en redes sociales, donde miles de usuarios han compartido creaciones que emulan la estética nostálgica y detallada de películas como Mi vecino Totoro y El viaje de Chihiro. Sin embargo, la llegada de esta nueva función también ha desatado polémicas sobre derechos de autor, impacto ambiental y la postura del propio Studio Ghibli.
La fiebre por el estilo Ghibli
Desde el lanzamiento de la función de generación de imágenes, la tendencia más viral ha sido la creación de ilustraciones inspiradas en el mundo de Hayao Miyazaki. La posibilidad de transformar fotografías y conceptos en obras con la inconfundible paleta de colores y trazos suaves del estudio japonés ha fascinado a los usuarios.
«Es increíble ver cómo la inteligencia artificial puede capturar la esencia de Ghibli. Me recuerda a mi infancia», comentó en X (antes Twitter) el ilustrador digital Tomoko Hayashi, quien ha experimentado con la herramienta en sus propios proyectos artísticos.
La reacción de Studio Ghibli
Ante la avalancha de imágenes generadas con esta tecnología, Studio Ghibli emitió un comunicado en el que expresó su preocupación por el uso de la IA en la creación artística. «Respetamos la creatividad y el esfuerzo humano detrás del arte. Nos inquieta que la inteligencia artificial reemplace la expresión personal y el espíritu que hay detrás de nuestras películas», afirmó el estudio.
Si bien no anunciaron acciones legales, la postura del estudio avivó el debate sobre el uso de la IA en la ilustración y la posible afectación a artistas profesionales que se especializan en estilos específicos.
El alto costo energético de la inteligencia artificial
Otra preocupación que ha surgido con la masiva generación de imágenes es el alto consumo energético de los servidores que ejecutan estos modelos avanzados. Según un informe del MIT Technology Review, la generación de imágenes a gran escala durante la primera semana tras la actualización de ChatGPT consumió una cantidad de energía equivalente al gasto mensual de una pequeña ciudad.
«El problema del consumo energético de la IA es cada vez más evidente. Modelos como este requieren centros de datos gigantescos y un gasto eléctrico significativo, lo que plantea serios desafíos en términos de sostenibilidad», comentó la experta en tecnología y medio ambiente, Rachel Kowalski.
OpenAI ha respondido a estas inquietudes asegurando que están trabajando en optimizar el consumo energético y reducir la huella de carbono de sus servidores. Sin embargo, la discusión sobre el impacto ambiental de la inteligencia artificial sigue abierta.
Una discusión para el futuro
La nueva función de generación de imágenes de ChatGPT ha marcado un hito en la evolución de la inteligencia artificial, demostrando su capacidad para transformar la creatividad digital. Sin embargo, también ha abierto debates fundamentales sobre el arte, los derechos de autor y el impacto ecológico de estas tecnologías. Mientras la fiebre por el estilo Ghibli continúa, la industria tecnológica y creativa enfrenta desafíos para equilibrar innovación, ética y sostenibilidad en esta nueva era digital.