Todo parece indicar que, a sus 71 años y tras varias decenas de operaciones de todo tipo, Hulk Hogan no atravesaba por su mejor momento de salud. La última vez que pasó por quirófano, allá por el mes de mayo de este año, lo hizo para someterse a una disectomía cervical anterior (ACDF, en sus siglas en inglés), una cirugía catalogada como “fuertemente invasiva y compleja, que conllevaría un largo periodo de recuperación”.
Inmediatamente surgieron todo tipo de rumores acerca de su estado de salud y mientras algunos aseguraban que Hogan estaba en coma y que sus familiares pasaban a despedirse de él, era su propia esposa, Sky Daily, quien desmentía esto en sus redes. Si bien afirmaba que la recuperación estaba yendo más lenta de los esperado y que se habían observado daños en las cuerdas vocales y el esófago, Hulk estaba trabajando duro para volver a ser el que era antes de la operación.
Desgraciadamente no ha sido así. La policía de Clearwater, lugar de residencia de Terry Bollea (su verdadero nombre), emitía el siguiente comunicado: “A las 9:51 de la mañana, el cuerpo de rescate de Clearwater y la policía han acudido al número 1000 de El Dorado Avenue tras recibir una llamada de auxilio por una emergencia médica. El paciente, Terry Bollea, fue trasladado rápidamente al Hospital Morton Plant donde se certificó su muerte a las 11:17 am. La policía de Clearwater ha abierto una investigación, como se suele hacer en este tipo de situaciones, aunque no hay indicios de conductas sospechosas relacionadas con su muerte”
Con información de Marca