«Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia».
Así lo manifestó el papa León XIV, en la misma de entronización, con la cual comenzó, de manera oficial, su pontificado, al denunciar una economía que explota la naturaleza y margina a los pobres.
«En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres», criticó.
En la ceremonia, efectuada en la Plaza de San Pedro, León XIV recibió el Palio papal, signo del Buen Pastor y del Cordero entregado por amor, y del Anillo del Pescador, símbolo de su misión como sucesor del Apóstol San Pedro. Recibió estos símbolos en una misa, ante miles de personas, incluyendo al vicepresidente estadounidense JD Vance, la presidente peruana Dina Boluarte y varios otros mandatarios latinoamericanos.
En su homilía, el santo padre destacó la necesidad de construir una Iglesia que luche contra el odio.»Construyamos con el Espíritu Santo una Iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra, que se deja cuestionar por la historia, y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad» dijo.
León XIV remarcó que «esta es la hora del amor. La caridad de Dios, que nos hace hermanos entre nosotros, es el corazón del Evangelio. Si esta caridad prevaleciera en el mundo, ¿No parece que acabaría por extinguirse bien pronto toda lucha allí donde ella entrara en vigor en la sociedad civil?», preguntó.



Con información de agencias