Varios Gobiernos se pronunciaron tras un anuncio del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE. UU., que revocó el programa de estudiantes y visitantes extranjeros de Harvard.
China rechazó las acusaciones como infundadas y criticó las medidas adoptadas por Washington, a las que calificó de «ilegales», instando a su retirada lo antes posible. «La cooperación educativa entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficiosa», declaró la portavoz de Exteriores, Mao Ning. «La medida «perjudicará la imagen y la reputación internacional de Estados Unidos», agregó.
La vocera también aseguró que el país asiático «protegerá con firmeza los derechos e intereses legítimos de los estudiantes y académicos chinos en el extranjero».
Mientras que el Gobierno de Japón anunció que «trabajará para frenar los efectos de la prohibición», dijo ante los medios el portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshimasa Hayashi.
Asimismo, Australia pidió «detalles sobre esta decisión». «Tenemos la intención de dialogar con la Administración (de EE. UU.) de forma más amplia sobre el impacto de esta decisión para los estudiantes australianos y sus familias, tanto en Harvard como en otros campus de Estados Unidos», apuntó por su parte en X el embajador de Australia en Estados Unidos, Kevin Rudd.
Y, para Alemania, la medida «es una decisión muy mala. Espero que sea revocada», según la ministra alemana de Investigación, Dorothee Bär. «Me entristece profundamente. No es una señal positiva, ni para la generación de jóvenes, ni para el mundo libre», añadió la política conservadora.
Con información de agencias